Salvador

Menos tiempo del que hace falta para decirlo, menos lagrimas de las que son precisas para morir: Mira lo he contado todo, lo he efectuado la redención de las piedras: son tantas como mis deseos, y unos cuantos más; he distribuido proyectos a las plantas, pero no todos los han querido aceptar. Con la música he estado aliado durante un segundo tan solo, y ahora ya no se qué pensar del suicidio porque, si quiero separarme de mi mismo, ahí está la salida, y añado con malicia: la entrada, el regreso, por el otro lado. Ya ves tú lo que tienes que hacer.

No cuento con la debida prudencia, las horas ni la tristeza, estoy solo, miro a través de la ventana; no pasa nadie o mejor dicho, nadie pasa. ¿No conoce a usted a este señor? Es el señor Simismo. Tengo mucho gusto en presentárselo señora. Y sus respectivos hijos. Cuanto más vuelvo sobre mis pasos, mas mis pasos vuelven, pero no sé exactamente sobre que vuelven.

Consulto una guía de ferrocarriles, los nombres de lugares han sido sustituidos por nombres de personas que me tocan muy de cerca. ¿Iré a “A”?, ¿regresare a “B”?, ¿me desviare hacia “X”?

Si naturalmente, me desviare hacia X. ¡Siempre y cuando no pierda el enlace con el aburrimiento! Hemos llegado: el aburrimiento, las bellas paralelas… ¡Sí!, ¡Que bellas son las paralelas bajo la perpendicular de Dios!

Viajas en el metro y encuentras todo, hay amor, hay dolor, hay pasión, hay magia, hay arte, hay ciencia, hay religión (maldita religión), hay muerte, hay vida, hay música (que bella música, que horrible música), hay mas, fuera de nuestra vida hay mas, surrealismo

El viaja tirado en el suelo, cuando de repente un anciano de 860 años sube, muestra sus artefactos de magia e ilusión, los hombres muestran felicidad olvidando todo mal, sonríen, mientras lo observan, el solo mira la magia desde abajo, lo hizo sonreír, el anciano sigue jugando con cuerdas , cortándolas y uniéndolas, que felices y alegres somos, se acerca a los niños, alegres al ser invitados a hacer magia, magia pura, termina uniendo los enlaces rotos, sorprendiendo e ilusionándolos a todos, el no se levanto, la magia lo hizo reír, lo hizo llorar, lo hizo morir, magia, magia y nada más.

Ahora recuerda la música, música bella, recuerda que violenta es la música, nunca el presencio nada igual, sonido hermoso, sonido producido por el unicel y el pedal en aquel convento en el que ya no hay religión (falsa religión) ahora solo hay arte, poesía, y música (bella música), salen del escenario purpura, se despiden, no vieron todo, lo vieron nada, ahora en un recinto más sagrado hay mas música, hay música tan antigua como los dioses que ellos mismos veneraban, ahora no está solo, acompañado baila, rodeado de gente conocida, gente desconocida, acaba el ritual, ¿Qué sería de la vida sin los rituales? Caminan y lo vuelven a encontrar, entran en una espiral sin final, el desierto es una eternidad, debemos caminar en espiral si queremos llegar con el primer maestro; afuera del palacio juegan con estambre, bajo la silueta del caballo y el jinete, los dos, negros por supuesto, se van, el vuelve a morir.

Cada momento, cada día, cada segundo, es diferente al anterior, encuentras vidrios rotos, i saw you live and crawl into a bed of broken windows, él, aquel hombre de 230 años se levanta sangrando, ya no tiene miedo, ya no puede sangrar, aun puede morir, la próxima bala la alojare en tu propio corazón, perdiste.

Ahora el recuerda y el vive en un momento olvidado en alguna memoria eterna, ya no hay más que ver, nada que oler, nada que soñar, en esta sentado donde el amor murió, donde los dos olvidaron el amor, aun se recuerdan por las noches y platican sin verse el uno al otro, son víctimas del cielo, son flores con limón

Y se levanta, se va, muere triste, abandona el lugar, nunca fue feliz, creo recordar que fui feliz.

Hay mas, siempre hay mas, fuera de nuestra vida hay mas, hay surrealismo, hay sangre sonando, de rabia nací…